¿A quién no le ha ocurrido abrir una botella de un buen vino y ver como queda más de la mitad sin consumir ? A veces, sucede simplemente porque se ha calculado mal la cantidad a consumir, abrimos una botella para que oxigene antes de que se termine la anterior.
Pero también puede suceder que a usted le apetezca tomar una copa de un vino de calidad al llegar a casa del trabajo sin mas , y no quiera privarse de este placer. ¿Cuánto tiempo podría disfrutar de esa botella de vino sin que pierda sus cualidades? De eso vamos a hablar en este artículo.
¿Cuánto tiempo conserva sus propiedades una botella abierta?
Cuando se abre una botella de vino este se mezcla con el oxígeno. Cualquier amante del vino sabe que es bueno que el vino se oxigene durante unos minutos antes de servirlo. Los aromas del vino se mezclan con el aire y son percibidos con más intensidad, por lo que abrir la botella y dejar que actúe el oxigeno es positivo en principio.
Pero tras esta primera etapa, comienza a aparecer el etanol, que es un alcohol que surge como producto de la mezcla del vino con el oxígeno. Este alcohol hace que el vino comience a perder parte de su frescura y que se haga más pesado. Es habitual durante esta etapa percibir en el vino un ligero aroma a manzana.
El etanol aparece al final del primer día abierta la botella está presente durante todo el segundo día. Pero al llegar el tercer día se convierte en ácido acético, responsable del característico olor a vinagre. En un principio es solo el olor, aunque el sabor no se va a ver demasiado alterado, pero pronto aparecerá ese grado de acidez que da al traste con un buen vino.
Este es el motivo por el que el vino no se debe de conservar más de tres días una vez que se abre, siendo preferible que se acabe la botella durante los dos primeros.
Un truco para que tarde un poco más en avinagrarse está en guardar el vino, sea blanco o tinto, en la nevera. En el caso del vino tinto, hay que acordarse de sacarla al menos una hora antes para que tenga la temperatura ambiente antes de consumirse.
No hay diferencia entre los vinos tintos y blancos en el tiempo de conservación ya que si ambos se guardan en la nevera el proceso es idéntico.
Vinos en bodega
Los verdaderos amantes del vino suelen disponer de una bodega, ya sea una bodega real o una habitación con las condiciones adecuadas para la mejor conservación de sus botellas favoritas. En esta bodega se presupone que se cuenta con las mejores condiciones de temperatura y humedad para que el vino esté siempre en su punto.
Al no tener luz, la botella aguantará durante más días en perfectas condiciones, por lo que podría estar abierta incluso cuatro días y ser apta para el consumo, sobre todo si se ha cerrado utilizando un sistema de vacío que ayude a evitar el proceso de oxidación.
Vinos dulces
Los vinos dulces son más ricos en alcohol y también en azúcares, lo que hace que se conserven durante más tiempo sin necesidad ni de nevera ni de bodega. Hay que distinguir entre los vinos dulces creados a base de uvas ricas en azúcar y los naturales, a los que se ha añadido alcohol durante la fermentación.
Los vinos dulces son más ricos en alcohol y también en azúcares, lo que hace que se conserven durante más tiempo sin necesidad ni de nevera ni de bodega. Hay que distinguir entre los vinos dulces creados a base de uvas ricas en azúcar y los naturales, a los que se ha añadido alcohol durante la fermentación.
El alcohol y los azúcares ayudan a que los microorganismos que comienzan a desarrollarse en el vino una vez que se abre la botella tarden más en reproducirse, conservando las cualidades de la bebida durante mucho más tiempo.
Los primeros se conservan durante un mes aproximadamente una vez que la botella ha sido abierta y su sabor no se verá alterado durante este tiempo. En el caso de los vinos dulces naturales, pueden conservarse incluso seis meses por sus particulares condiciones.
Vinos espumosos
En el caso de los vinos espumosos, como el cava, la conservación es mucho más complicada. Las burbujas de este tipo de vinos provienen de CO2 disuelto en el vino, el cual comienza a desaparecer desde el mismo momento en el que se abre la botella.
Por eso, los expertos recomiendan consumir el vino espumoso durante la primera hora tras la apertura de la botella para poder captar todos sus matices y disfrutar al máximo de sus burbujas. Al cabo de dos horas, ya se habrán perdido la mayoría de ellas.
En ningún caso se debe de conservar la botella de un día para otro y trucos de los que todo el mundo habla, como el de colocar una cucharilla en la boca de lan totalmente de validez y no sirven para retener el gas en absoluto.
Espero que te haya gustado este post y hayas aprendido cómo conservar el vino una vez abierto, y si es así, nos encantaría que lo compartieras en tus redes sociales.
Muchas gracias por seguirnos!!
Hasta pronto!!